Me corté el cabello. Lo hice principalmente por apoyar a mi hija, quien entrará a la primaria este verano. Va a hacer una transición que podría ser difícil y seguramente va a exigirle cierto grado de adaptación. Yo seré probablemente quien tenga la flexibilidad de horario necesaria para llevarla e ir por ella, y pensando en eso no quiero que sus nuevos compañeros le den carrilla por el aspecto de su papá, así que decidí ayudarle de esta forma. Pero decidí hacerlo antes de que entre, para ayudarle con sus futur@s profesores/as también, y evitar que la vayan a catalogar de entrada, y esta semana es la de entrevistas en colegios. Las inscripciones son en febrero. Por eso.
No fue fácil, por supuesto. No lo haría por razones que me parecieran tontas ni por consideraciones sociales, que es lo mismo en este caso. Simplemente me pareció que el efecto de hacerlo era tan deseable que valía la incomodidad de cambiar mi apariencia por una que he rechazado por tanto tiempo. Volverá a crecer.
jueves, 22 de enero de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)